Me considero una gran seguidora de series pero, como curiosidad, decir que en toda mi “carrera seriéfila” solo han habido dos de ellas a las cuales me haya enganchado desde el principio teniendo que tragarme temporadas enteras cual enferma mental para poder ponerme al día. Una es la ya mencionada Castle (<3) y la otra la interminable Anatomía de Grey. Sí, digo interminable porque considero que no la deberían alargar más. Y me gusta.Y, aunque me he quejado mucho de esta última temporada, ahora estoy ansiosa por ver el siguiente capítulo, el cual vuelve en febrero después de uno de esos insufribles parones. Pero aun así, se trata de una serie que ya veo por ver, casi casi por rutina, porque me da pena dejarla después de tanto tiempo. No digo que la estén destrozando o que no haya capítulos y/o tramas bonitas y agradables de ver, lo que digo es que para mí la esencia ya hace tiempo que se ha perdido. Por este motivo me apetece mucho recordar y comentar uno de mis capítulos favoritos (por no decir EL favorito), el episodio doble de la season finale de la sexta temporada: Sanctuary + Death and all his Friends.
Antes de empezar (prometo no explayarme mucho) quisiera hacer un pequeño apunte: hace un tiempo, hablando con un amigo sobre series, me acuerdo que le dije “Mira, ya sé que no te vas a poner a ver 8 temporadas de Anatomía de Grey, pero si algún día tienes un par de horas y quieres disfrutar de un capítulo, a mi parecer, apoteósico, mírate la season finale de la sexta”. Con esto quiero decir que animo a toda persona que no siga la serie y no pretenda hacerlo a verlo. Obviamente se disfruta más cuando conoces la trama y los personajes, ya que empatizas más con las escenas dramáticas (sí, yo lloré), pero creo que una persona ajena a la serie puede disfrutarlo de igual manera, aunque sea a otro nivel.
Recordemos/informemos de la situación: un hombre entra en el famoso hospital, pistola en mano, dispuesto a acabar con la vida de todos aquellos que según él acabaron con la vida de su mujer, la cual fue desconectada, a su parecer, de forma precipitada.
¿Por qué me gusta tanto tantísimo este capítulo? En primer lugar, sólo escuchando el monólogo de Meredith Grey al inicio del capítulo ya te puedes hacer una idea de lo grande que va a ser:
For most people, the hospital is a scary place. A hostile place. A place where bad things happen. Most people would prefer church, or school, or home, but I grew up here. While my mom was on rounds, I learned to read in the OR gallery, I played in the morgue, I colored with crayons on old ER charts. The hospital was my church, my school, my home; the hospital was my safe place, my sanctuary. I love it here. Correction: loved it here. (Para la mayoría, un hospital es un lugar que da miedo, un lugar hostil, un lugar dónde suceden cosas malas. La mayoría de la gente preferiría la iglesia, o la escuela, o su casa. Pero yo crecí aquí. Mientras mi madre hacía las rondas, yo aprendía a leer en la galería de los quirófanos, jugaba en la morgue, pintaba con colores en tablones de urgencias. El hospital era mi iglesia, mi escuela, mi hogar. El hospital era mi lugar seguro, mi santuario. Amo estar aquí. Corrección: Lo amaba).
Creo que ambos capítulos logran mantener el dramatismo y la emotividad a un elevadísimo nivel, lo cual traspasa la pantalla llegando a los espectadores y haciéndonos así partícipes de la angustia y el sufrimiento que están padeciendo los personajes. No me quiero explayar explicando todo el capítulo, pero sí me gustaría comentar brevemente mis tres escenas favoritas del mismo:
-I’m a nurse! (¡Soy enfermera!). Grande escena. Nuestro psicópata tiene una especie de deber moral de acabar con todos los cirujanos que se encuentre por el camino. Después de disparar a un compañero delante de sus narices, la doctora Bailey es descubierta escondida debajo de la cama (¿a quién no se le puso el corazón en la boca cuando la saca de ahí debajo?) y, a punta de pistola y con un miedo incontrolable, declara ser una enfermera para poder así salvar su vida. Tanto esta escena como su continuación con Bailey y una enferma (interpretada por Mandy Moore) tratando de salvarle la vida al doctor Percy, merecen estar, como mínimo, entre lo más visto de Youtube. Ese momento en qué Bailey se da cuenta que los ascensores no funcionan y que no hay manera de llegar a un quirófano… pffff, piel de gallina.
-Shoot me, I’m your eye for an eye. Tell Derek that I love him and that I’m sorry.(Dispáreme a mí, soy su ojo por ojo. Dile a Derek que le quiero y que lo siento). TODA ESA ESCENA ES APOTEÓSICA. Meredith dispuesta a morir para salvar la vida de su marido, el cual está en manos de su mejor amiga Cristina, encontrándose a su vez llorando como nunca porque tiene una pistola en su cabeza mientras el amor de su vida yace en el suelo con un balazo. Un Jackson con una idea espléndida que nos hizo levantarnos de la silla/cama/sofá. Vale la pena ver el capítulo sólo por ver esa escena.
-I’m having a miscarrage (Estoy teniendo un aborto). Está escena me tiene el corazón robado. La vi en la tele antes de engancharme a la serie y pensé Guau. Meredith aguanta el dolor (tanto físico como psicológico, supongo) de estar teniendo un aborto para salvar al marido de su mejor amiga. Está literalmente operando mientras lo que podría haber sido el primer bebé de la pareja protagonista se evapora. Muy grande.
He escogido tres de los momentos que más me atraparon, pero como ya he mencionado, es un capítulo (dos, de hecho) que me encanta de principio a fin, todos y cada uno de sus momentos, y por eso lo recomiendo cien por cien.
Como he dicho al principio de esta entrada, para mi Anatomía de Grey ya no es lo que era, pero joyas como ésta hacen que la considere una gran serie.
Dicho esto, si habéis visto el capítulo estaré encantada de que compartáis vuestra opinión, y si no lo habéis hecho os animo a verlo y volver una vez os hayáis dado ese pequeño placer seriéfilo.
You are my person